Dedicada a mis amigos y amigas inconscientes, osadas, soñadoras, románticos. ¿A quién se le iba a ocurrir dejarse arrastrar por un velero en altamar? Enamorarse del amor, hacerse herrero en los tiempos que corren, ser poeta, escribir y enseñarlo, hacerse un catamarán, escalar montañas, aprender Euskera ¿A quienes, si no a mis amigos?
Todos los errores
Quería ir a dos o tres albergues gratuitos o baratos para rebajar el coste del viaje y por eso quise utilizar el municipal de Torrijos. Pero, los lunes y martes tienes que llegar antes de las tres de la tarde. Aún saliendo antes de las seis de la mañana, llegué a duras penas a las dos cuarenta y cinco.
Nada más salir me encuentro con un australiano y empieza el baile de caminos: ¿Camino de Levante o Camino del Sureste? En vez de Toledo a Torrijos y de Torrijos a Escalona, el camino del Sureste propone ir de Toledo a Novés y de Novés a Escalona, pero no me parece que mejore nada: Peor distribución de la distancia y no hay mejores alojamientos. El australiano sigue el Camino del Sureste.
Un tramo polvoriento
El tramo hasta cruzar el río Guadarrama ya lo había hecho en otra ocasión cuando caminé hasta Albarreal de Tajo, desde Toledo. El camino se comporta como ya sabía: camiones y coches circulando por un camino de tierra polvoriento y sin miramientos para el caminante. Algunos camioneros sí que bajan la velocidad. Los coches, creo que incluso aceleran cuando ven un caminante.
Cultivos extensivos de adormidera en la estepa sagreña
Pasé por plantaciones de lentejas y amapola blanca: el cultivo del opio, la morfina y la codeína. Después de cruzar el Guadarrama, hasta Rielves una recta interminable, una estepa de cereales agostados partida por el camino reseco. A los castellanos nos gusta este territorio: La Sagra. Con el sol en la cabeza, un carro-torre de riego parece el esqueleto de un animal prehistórico. Las torres de la luz, gigantes quijotescos. Un bocadillo apresurado en Rielves. Allí aparece un caminante con el que apenas cruzo un ¡buen camino! cuando salgo del bar; él apenas me mira.
De Rielves a Torrijos se me hace más largo de lo que mi prisa necesita. El suelo de gravilla y hormigón, sucio. No miro el mapa, que me hubiera dado indicios suficientes para no equivocarme. Camino como si supiera a donde voy. Creo que me equivoqué al cruzar Barcience y no entro a Torrijos por el lugar previsto. Además de cansado, estoy histérico porque tengo que llegar antes de las tres.
Me he hecho mucho daño en los pies. Por primera vez en mis caminatas, se me ha levantado la piel y me duele la planta del pie. La verdad es que estoy muy cansado. Lo mejor del albergue municipal es que estoy solo y es gratis. Si hubiera alguien, si tuviera que compartir habitación, sería un desastre.
Torrijos tiene palacios y conventos muy bonitos: El Ayuntamiento, algunas calles y la Colegiata merecen la pena. Ahí supe de Teresa Enríquez, la loca del sacramento. Fundó conventos y hospitales, dedicó su esfuerzo y patrimonio a dar de comer a los pobres e hizo de su capa un sayo; quiero decir que cambió sus ropas ricas por estameña. ¿Por qué loca? Se conserva su cuerpo, más o menos incorrupto, en uno de sus conventos.
Hasta Medina del Campo me llama la atención que este camino lo recorrieran tantas mujeres ilusas, empeñadas en tareas descomunales: Isabel la Católica, Juana I de Castilla “La Loca”, Teresa de Jesús y Teresa Enríquez “La Loca del Sacramento”. Hablamos de los siglos XV y XVI, y es esta última la que llama mi atención, porque de ella solo había oído utilizar su apelativo como un insulto. Sus referencias me acompañarán desde Toledo hasta Medina del Campo.
1ª jornada. 4 de junio de 2019.34 quilómetros. Si fuera el camino de Sureste iría a Novés.
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