jueves, 1 de agosto de 2019

8. De Gotarrendura a Arévalo.



                                  A quienes aman los caballos. 


Recuerdos de la Herrería. El Pinorra

Al salir de Gortarrendura, al pie de la iglesia de San Miguel, un paisano me pone al día del desastre que la sequía ha provocado en el trigo. Ya está recogido, un mes antes de lo habitual, y apenas sirve para forraje de los animales. Es lo que llevo viendo desde que salí,; en la provincia de Toledo ya lo estaban recogiendo hace una semana. Paso por Hernansancho y El Bohodón sin poder tomar un refrigerio y al pasar por Tiñosillos, al tiempo que Phillippe me alcanza, llega nuestra ama rumana y nos dirige a un bar que también regenta ella. Al tiempo que nosotros llega un caballero, sombrero de ala ancha de fieltro con adornos de cuero y botas de caña alta, que ata sus monturas en una reja próxima al bar. Nuestra ama nos invita a un café.

A partir de Tiñosillos hay quince quilómetros de pinos resineros resinados. Una industria que pensé que había desaparecido pero que aquí explota y cuida el pinar. Inevitablemente recuerdo a Gregorio, el Pinorra por mal nombre, que me dio cobijo en la Serranía de Cuenca y supe de su vida, una historia de amor perseguido que le hizo huidizo y desconfiado.
Los pinos y los pinares me animan a seguir trabajando los haikus dedicados a los árboles.


Pinar
Sombra del pinar
brisa enamorada
beso cálido.
Pino
Sin apellidos,
un pino es un pino
y da piñones.


Caballero en dos caballos

Camino con Phillipe, ahora tú delante, ahora detrás, y mi musculo tibial de la pierna derecha comienza a dolerme. Es el resultado de tantos quilómetros cojeando por el dolor en el pie izquierdo.
Me adelanta el caballero de los dos caballos que pasa la mitad de cada año haciendo rutas por cañadas con sus monturas. Ahora sé que viene de Asturias. Le pido que pose para una foto para enseñársela a mis amigos, que aman los caballos, y posa orgulloso.


Me alojo en el Hostal del Campo y paseo por Arévalo, que creí que conocía pero que no es verdad. Su casco antiguo está lleno de propuestas mudéjares, renacentistas y barrocas. Plazas porticadas… A pesar del cansancio doy un buen paseo y como manitas de cerdo y no sé qué otras cosas asquerosas buenísimas. En la oficina de información me dicen que hay un albergue municipal abierto hace menos de un año, pero ya no quiero albergues dudosos.







Mis zapatillas cumplen 1200 quilómetros.







8ª jornada. 11 de junio de 2019, martes. 28 quilómetros.

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