A quienes aman los caballos.
Recuerdos de la
Herrería. El Pinorra
Al salir de Gortarrendura, al pie de la iglesia de San
Miguel, un paisano me pone al día del desastre que la sequía ha provocado en el
trigo. Ya está recogido, un mes antes de lo habitual, y apenas sirve para
forraje de los animales. Es lo que llevo viendo desde que salí,; en la
provincia de Toledo ya lo estaban recogiendo hace una semana. Paso por
Hernansancho y El Bohodón sin poder tomar un refrigerio y al pasar por
Tiñosillos, al tiempo que Phillippe me alcanza, llega nuestra ama rumana y nos
dirige a un bar que también regenta ella. Al tiempo que nosotros llega un
caballero, sombrero de ala ancha de fieltro con adornos de cuero y botas de
caña alta, que ata sus monturas en una reja próxima al bar. Nuestra ama nos
invita a un café.
A partir de Tiñosillos hay quince quilómetros de pinos resineros
resinados. Una industria que pensé que había desaparecido pero que aquí explota
y cuida el pinar. Inevitablemente recuerdo a Gregorio, el Pinorra por mal
nombre, que me dio cobijo en la Serranía de Cuenca y supe de su vida, una historia
de amor perseguido que le hizo huidizo y desconfiado.
Los pinos y los pinares me animan a seguir trabajando los
haikus dedicados a los árboles.
Pinar
Sombra del pinar
brisa enamorada
beso cálido.
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Pino
Sin apellidos,
un pino es un pino
y da piñones.
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Caballero en dos caballos
Camino con Phillipe, ahora tú
delante, ahora detrás, y mi musculo tibial de la pierna derecha comienza a
dolerme. Es el resultado de tantos quilómetros cojeando por el dolor en el pie
izquierdo.
Me adelanta el caballero de los dos
caballos que pasa la mitad de cada año haciendo rutas por cañadas con sus
monturas. Ahora sé que viene de Asturias. Le pido que pose para una foto para
enseñársela a mis amigos, que aman los caballos, y posa orgulloso.
Me alojo en el Hostal del Campo y paseo por Arévalo, que
creí que conocía pero que no es verdad. Su casco antiguo está lleno de
propuestas mudéjares, renacentistas y barrocas. Plazas porticadas… A pesar del
cansancio doy un buen paseo y como manitas de cerdo y no sé qué otras cosas
asquerosas buenísimas. En la oficina de información me dicen que hay un
albergue municipal abierto hace menos de un año, pero ya no quiero albergues
dudosos.
Mis zapatillas cumplen 1200 quilómetros.
8ª jornada. 11 de
junio de 2019, martes. 28 quilómetros.
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